LEMA

El LEMA que nos va a inspirar en el proceso capitular:

Caminar, escuchar y danzar

con OTRAS

POR otros

desde Otro.

SOMOS ESCLAVAS DEL DIVINO CORAZÓN HOY.

LOS TRES VERBOS son verbos de acción, de movimiento, lanzan al futuro generando horizontes amplios. En el desarrollo de la acción de caminar, escuchar y danzar estamos viviendo en clave de proceso, el proceso deseado de recrear nuestra vida y vocación de Esclavas. A la vez, este proceso es reversible: solo podemos SER y actualizar nuestro SER DE ESCLAVAS DEL DIVINO CORAZÓN HOY con audacia y confianza, si nos ponemos a caminar, escuchar y danzar con, por y desde.

CAMINAR es

movimiento de salida, de acción, de estar en camino con otros acompañando la vida.

Encarnación, estar en el mismo suelo, pisar la misma tierra, habitar.

ESCUCHAR es

Hacer silencio, vivir desde nuestro centro, desde dentro, estar en el presente.

Apertura, dejar lo nuestro, acoger al otro, ponernos a su disposición.

Crear el clima necesario para conectar con otros.

Abrirnos al querer de Dios, a la búsqueda de su voluntad.

Sentir la Creación, el sufrimiento del mundo, de la tierra, de los vulnerables.

DANZAR es

fraternidad, sinodalidad, redes.

Recrear la belleza de nuestra vida y de nuestra vocación.

Fluir, soltarse, acompasar el ritmo, universalidad,

libertad, gratuidad, entrega, abandono.

Expresión de nuestra identidad, sueños, deseos… de nuevos lenguajes y nueva ritualidad.

LAS PREPOSICIONES unen y conectan palabras para generar significados. En nuestro lema nos ayudan a unir realidades y nos sugieren el trabajo en red, el estar  conectadas con nuestros destinatarios, entre nosotras y con otras voces de la Iglesia y del mundo.

con OTRAS.

Sinodalidad, trabajo y pertenencia a redes, con otras hermanas en comunidad, en la corriente de nuestro mundo, con la Iglesia, con los laicos, con todo lo “Inter” (congregacional, comunitario, generacional, intercultural…).

Nos habla de “nuestras conversaciones” que nos conectan, enriquecen y transforman.

POR otros.

A favor de los vulnerables, del futuro, del Reino por y para todos, de la transformación del mundo.

Por la educación, la creación, los jóvenes,la evangelización, …

desde Otro…

Desde nuestro centro, conectadas, unificadas, desde la relación primordial con el Señor y la experiencia de su Amor Personal.

Habitando la creación, la Casa Común como espacio sagrado.

Y por último, SOMOS ESCLAVAS DEL DIVINO CORAZÓN HOY.

Esta afirmación final pretende ser firma o sello de identidad. Recoge el sentir congregacional de recrear, ahondar, actualizar y encarnar nuestra identidad de Esclava del Divino Corazón en este tiempo.

El HOY tiene un tinte especial y diferenciador en este XXI Capítulo general. Alude al momento de cambio profundo en el que se da el Capítulo. Recoge la necesidad tan repetida de cómo vivir nuestro Carisma en esta realidad cambiante. Habla de actualización, de nuevos lenguajes y nuevos relatos. Además, no sólo tiene resonancias temporales sino también espaciales, que nos hacen preguntarnos dónde y cómo estamos en este momento la Congregación.