“Al aire de su Aire”

Con esta expresión, “al aire de su aire”, se nos animaba a recorrer Sevilla el segundo día de peregrinación. Pero la experiencia de peregrinar comenzó antes, en Coria.

Peregrinar es ir a visitar un lugar sagrado, peregrinar es caminar… Nosotras lo hemos vivido los días 12, 13 y 14 en Coria, Sevilla y Málaga. Hemos peregrinado. Hemos deseado caminar calzándonos los zapatos de nuestros Fundadores. Hemos deseado ponernos “al aire de su Aire”.

El primer día en Coria se nos invitó a entrar en nuestros orígenes para descubrir, para renacer: vuelta a la casa primera junto al pozo y la parra, oración en la Capilla de las Reliquias en la Catedral -tan querida por ser el lugar de la fundación-, y, finalmente, después de las palabras de apertura del Capítulo que nos dirigió Rosario, Eucaristía en la capilla de San Benito, lugar de oración de las primeras Esclavas. Lugares sagrados. Lugares cargados del aire sagrado… el aire de Dios. Deseábamos calzarnos los zapatos de los fundadores. Deseábamos vivir estos días al aire de su Aire.

Coria nos llevó a Sevilla haciendo noche en Sanlúcar. Siguiendo los lugares que hacían referencia a Marcelo y Celia, Sevilla nos acogió y nos permitió recorrerla: la ciudad que los vio vivir y la que los acogió en sus muertes. Paseamos por lugares como la Plaza del Triunfo con su monumento dedicado a la Inmaculada, el Palacio Arzobispal, el sepulcro de Marcelo Spínola en la Catedral y el de Celia Méndez en el colegio… Celebramos la Eucaristía en la Iglesia -tan querida por ser el lugar que pisaron y soñaron nuestros fundadores-. De nuevo, lugares cargados del aire sagrado… el aire de Dios.

Y Málaga. Málaga con su Palacio Arzobispal, con su Catedral, con sus rincones dedicados a Spínola y, cómo no, con la casa de la calle Beatas, la primera casa donde la Congregación encontró asiento y continuó soñando al aire de Dios.

Estos tres días nos han invitado a entrar en nuestras raíces, a transitar la realidad, a caminar y escuchar con los pies en la tierra. Hemos pisado lugares sagrados para agradecer y descalzarnos. Lugares sagrados para entrar en una dinámica: estar siempre al aire de su Aire, al aire de Dios.

Sandra Sánchez Montero, adc